Blockchain: un sospechoso habitual

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(Photo Credit: Shubham Dhage at Unsplash)

La desconfianza que genera el término blockchain es debida a su estrecha relación con el mundo de las criptomonedas y a la mala prensa que acompaña a estas últimas. Sin embargo, si nos fijamos en la esencia del tema, nos daremos cuenta de que si algo es confiable, es la tecnología blockchain.

La idea básica es sencilla de entender: una blockchain es una red de ordenadores que hacen posible una forma, un tanto peculiar, de guardar fragmentos de información (los bloques).

De partida, se persiguen tres objetivos:

  1. Se quiere guardar información (encriptada, por supuesto) de forma que los datos no dependan de servidores de grandes corporaciones. Así no importará si, en un momento dado, deciden que se acabó, que ya no dan más el servicio y que apagan sus ordenadores.
  2. Se quiere tener la certeza de que cualquier estado anterior de la información almacenada se puede consultar.
  3. Se quiere garantizar que la información almacenada no se puede alterar.

Para conseguir el primer objetivo la clave es la descentralización del almacenamiento. Una red blockchain es una red en la que todos los participantes (nodos) actúan como clientes y como servidores. Esto es lo que se conoce como redes entre iguales o «peer-to-peer (P2P)». La información se distribuye entre todos los equipos que conforman la red dando lugar a un sistema de almacenamiento distribuido. En una red blockchain todos los equipos disponen de una copia de la información soportada. Al ser esos equipos propiedad de distintas organizaciones y particulares, algo grave tendría que pasar para que se perdieran los datos de manera permanente.

Los otros dos objetivos están directamente relacionados con la forma en que la información es almacenada y con la idea de la descentralización. El sistema es acumulativo, es decir, una vez introducido un dato en la red, ya no se puede ni modificar ni borrar. Los datos nuevos se agregarán a los que ya están almacenados, relacionándolos y creando una cadena. Además, al guardar una copia de la información total en el sistema descentralizado, el efecto es que se generan tantas copias de seguridad como equipos integran la red.

Cadena de bloques

(Photo Credit: Hitesh Choudhary at Unsplash)

Así las cosas, si alguien quisiera alterar la información almacenada lo tendría difícil, porque no hay un servidor único al que se pueda atacar. Y en caso de que se cambiará la información en uno de los nodos de la red, ese cambio sería anulado por el resto de los equipos que mantienen la información original.

Todo esto aporta certeza, confianza y seguridad a la red de blockchain, por lo que se puede decir que el sistema de almacenamiento es autónomo para garantizar la veracidad de los datos almacenados sin necesidades de la intervención de terceros.

Lo expuesto hasta aquí es la base tecnológica que sostenta tendencias actuales como las criptomonedas o los NFTs. Pero tiene también otras aplicaciones menos controvertidas como la certificación de formaciones, los sistemas de votación o los contratos inteligentes.

Desde el área de especialización de blockchain de Tknika, pretendemos difundir, entre el profesorado de FPeuskadi, el conocimiento técnico necesario para poner en marcha redes de blockchain y probar distintas aplicaciones prácticas de esta tecnología.

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