El aire comprimido es una fuente de energía comúnmente utilizada en los procesos de fabricación.
La mayoría de empresas, aproximadamente el 90%, disponen de instalación de aire comprimido.
Hasta fechas recientes, las empresas no se han preocupado de evaluar el coste de esta fuente de energía y sin embargo estudios realizados avalan que representa en torno al 15% del consumo energético total de la industria.
Esos mismos estudios revelan que la capacidad de ahorro puede superar el 20% en la generación del aire comprimido y el 40% en su utilización, dependiendo de cada caso concreto.
Para conseguir esos ahorros se precisa de personal cualificado capaz de identificar los focos de despilfarro y exceso de consumo y plantear estrategias y acciones orientadas a la mejora en este ámbito. Últimamente se observa una predisposición empresarial para llevar a cabo estos retos.
Desde los Centros de Formación Profesional se debe dar respuesta a esta demanda que va a incrementarse en los próximos años.